Perspectivas del mundo de hoy 

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CHINA & Co, Pedro R. García Barreno.

 

China milenaria. Cerrada y encerrada. Tian: “Todo bajo el Cielo”. Sinocentrismo. Tao y Confucio. Reinos combatientes y luchas de unificación. Inventora. Orgullosa y humillada. La “épica” Larga Marcha. Mao Zedong (Human, 1893-Pekin, 1976).

Nuestro mundo.

A partir de 1949, el gobierno de la República Popular China (RPCh) no solo se involucró en una guerra de gran calibre en Corea sin pensarlo dos veces, sino que, a diferencia de otros gobiernos, estaba dispuesto a afrontar la posibilidad real de luchar y sobrevivir a un holocausto. Martin Walker recoge –The Cold War: An the Making of the Modern World, Londres, 1993; pg. 126- que Mao, el “gran timonel”, comentó, en 1957, al dirigente comunista italiano Palmiro Togliatti (Génova, 1893-Yalta, URSS, 1964): “¿Quién le ha dicho que Italia vaya a sobrevivir? Quedarán trescientos millones de chinos, y eso bastará para la continuidad de la raza humana”. “La disposición de Mao para aceptar lo inevitable de una guerra atómica y su posible utilidad para precipitar la derrota final del capitalismo dejó atónitos a sus camaradas de otros países”. Todo podía, puede, suceder.

La Gran Revolución Cultural Proletaria fue un movimiento sociopolítico en la RPCh, lanzado por Mao en 1966, con el apoyo del Grupo Central de la Revolución Cultural, entre cuyos miembros se encontraba Jiang Quing, cuarta y última mujer de Mao, figura central de la conocida como “banda de los cuatro” que cobraron especial relevancia en la última fase de la Gran Revolución. El motivo fue preservar el comunismo chino mediante la purga de los elementos capitalistas y tradicionales (confucianismo) infiltrados entre maoístas y pragmáticos. Decenas de millones de personas fueron perseguidas incluyendo altos funcionarios. En 1969, se celebró el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el que Mao anunció que la Revolución Cultural había terminado, si bien a menudo se considera que la revolución cultural se extendió hasta el fallecimiento de Mao en 1976.

Tras la muerte de Lin Biao (Hubei, 1907-1971. Sucesor in pectore de Mao, se opuso radicalmente a la estrategia de un acercamiento a EE UU tras el enfrentamiento con la URSS), la “banda” vio declinar su poder. Figura clave en este ocaso fue el desconocido Hua Guofeng (Shanxi, 1921-Pekín, 208). “Defenderemos con firmeza todas aquellas decisiones políticas tomadas por el presidente Mao, y respetaremos de principio a fin y sin vacilar todas aquellas instrucciones dadas por el presidente Mao”. A este pronunciamiento político, reproducido en varios periódicos, se le llamó en China la política de “las dos todas aquellas“, y le supondría muchísimas críticas por parte de los reformistas. Hua plantó cara a “los de Lin Biao”, y aunque ocupó los cargos de primer ministro de China (1976-1980), presidente del PCCh (1976-1981) y presidente de la Comisión Militar Central (1976-1981), entregó todo el poder a Zhou Enlai (Huai’an 1898-Pekin, 1976. Primer ministro de China desde el establecimiento del gobierno comunista hasta su muerte), que había aceptado la Revolución Cultural pero que nunca la apoyó y, recuperada su autoridad, consiguió que el perseguido Deng Xiaopi entrara en la cúpula del partido en el X Congreso del PCCh en 1973. Zhou murió en enero y Mao en septiembre; ambos en 1976. En 1981 los “cuatro” fueron procesados, y todos fueron a prisión. Murieron entre 1991 y 2005. China permaneció “encerrada” con sus problemas.

Lee Kuan Yew (alias: LKY. Singapur, 1923-Singapur, 2015), formado, entre otras, en la Escuela de Economía y Ciencia Política en Londres, y en las universidades de Cambridge y Londres. Fue un filósofo, abogado, estadista y político. Primer ministro de Singapur entre 1959 y 1990. Se le reconoce como el padre fundador de la nueva nación tras su separación de la Federación Malaya. Comentó que, tras él, sin duda, Deng Xiaoping (alias: Xixian o el “pequeño timonel”. Sichuan, 1904-Pekín, 1997) era la persona más inteligente y capaz del Planeta que había conocido.

Deng, a los 15 años, viajó a París (repitió las palabras que había aprendido de sus maestros: “Aprender el conocimiento y la verdad de Occidente para salvar a China”) para participar en el Movimiento de Trabajo Diligente y Estudio Frugal, un programa de trabajo y estudio en el que 4,001 chinos participarían en 1927. Fue líder supremo de la RPCh desde diciembre de 1978 hasta noviembre de 1989. Desarrolló la consigna, ideada por Zhou Enlai, de las “Cuatro modernizaciones”: agricultura, industria, ciencia y tecnología, ejército; y desarrolló el concepto de “economía de mercado socialista”· Pragmático en el terreno económico, tampoco fue infiel a sus principios político; a la vacilación siguió el respaldo al primer ministro Li Peng, defensor de la uso de la fuerza militar para someter a los estudiantes rebeldes en las manifestaciones de la plaza de Tian’Anmen o puerta de la Paz Celeste (03-04/06/1989). La decisión de Deng Xiaoping de nombrar como sucesor a Jiang Zemin y no a Li Peng parece haberse debido a la desconfianza que Deng sentía hacia el conservadurismo en materia económica de Li. Aunque el reformista Zhao Ziyang había sido apartado por su debilidad frente a las protestas, Deng no estaba dispuesto a sacrificar las reformas económicas.

El 18 de agosto de 1980, Deng Xiaoping pronunció un discurso titulado “Sobre la reforma del partido y el sistema de liderazgo estatal en una reunión ampliada del Buró Político del Comité Central del PCCh, en Beijing, lanzando las reformas políticas en China. Pidió el fin de la burocracia, la centralización del poder y el patriarcado; Al mismo tiempo, propuso límites de mandato a las posiciones de liderazgo en China y abogó por el “centralismo democrático” y el “liderazgo colectivo”. Además, Deng propuso al Congreso Nacional del Pueblo una revisión sistemática de la Constitución (la Constitución de 1978), y enfatizó que la Constitución debe ser capaz de proteger los derechos civiles de los ciudadanos chinos y debe reflejar el principio de separación de poderes. También abogó por “un hombre un voto” ” entre los líderes (“democracia orgánica”) para evitar la dictadura del secretario general del PCCh. En diciembre de 1982, el V Congreso Nacional del Pueblo aprobó la cuarta Constitución de China, conocida como la “Constitución de 1982”, que encarna el constitucionalismo al estilo chino y la mayor parte de su contenido sigue vigente.

El desarrollo económico, que se había visto frenado por la incertidumbre y el aislamiento internacional que afectó a la República Popular China tras la represión violenta de las protestas de Tian’anmen, se vería reactivado a partir del famoso “Inspección del sur”, cuando en la primavera de 1992, a sus 88 años de edad, Deng Xiaoping sorprendió a los medios de comunicación de China y el mundo al visitar las ciudades sureñas, pronunciando en estos lugares discursos en los que anunciaba la continuación y profundización de las reformas emprendidas. Fue durante este viaje cuando pronunció su famosa frase “enriquecerse es glorioso”, la cual apuntaló la economía socialista de mercado. De esta manera, Deng dejaba claro que la apertura económica no tenía marcha atrás. El espaldarazo del anciano líder a las reformas económicas inició una aceleración sin precedentes del crecimiento económico y de la inversión extranjera en la República Popular China durante la década de 1990. Había aprendido que el culto al líder podía llevar al horror, que la masa descontrolada era capaz de los perores actos y que la versión maoísta del comunismo estrangulaba por completo la iniciativa económica.

Según sus partidarios, bajo el liderazgo de Den Xiaoping, China, con más de mil millones de habitantes, inició una época de desarrollo económico con apenas precedentes históricos. A pesar de los problemas sociales que se derivaron de las reformas económicas. Consideran que las políticas de Deng Xiaoping sacaron de la pobreza absoluta a cientos de millones de chinos y situaron a la República Popular en la senda de convertirse en una de las superpotencias económicas del mundo. Frente a estos éxitos en el desarrollo económico y social de China, Deng Xiaoping ha sido criticado por su forma de gobierno autoritaria y por su papel decisivo en el uso de la fuerza contra los manifestantes de la plaza de Tian’anmen en 1989. No obstante, algunos analistas consideran que el estilo de gobierno de Deng Xiaoping fue mucho más humano y altruista que el de su predecesor Mao Zedong. A diferencia de Mao, la represión de las libertades individuales, según algunos, fue mucho más leve que en la época maoísta. Junto a estas visiones positivas de la figura histórica de Deng Xiaoping, ha habido también analistas de ideología marxista que han criticado el abandono de la ortodoxia comunista y la introducción de políticas económicas capitalistas, que serían responsables de las profundas desigualdades económicas y sociales en la China actual. Así, responsabilizan a Deng Xiaoping de haber arrebatado a los trabajadores y campesinos el control del Estado, para dejarlo en manos de los grandes burócratas y los empresarios. En cualquier caso: “Gato negro o gato blanco, lo importante es cazar ratones”, expresó Deng en 1962 ante el comité central del PCC, presidido entonces por Mao. A los pocos meses de la muerte de Deng, se hizo realidad uno de sus grandes sueños: el 1 de julio de 1997 Hong Kong se convertía en región administrativa especial de la República Popular China: “un país, dos sistemas”. En junio de 2014, la Oficina de Información del Consejo de Estado de la RPCh publicó el “papel blanco”: The Practice of the “One Country, Two Systems” Policy in the Hong Kong Special Administrative Region (HKSAR).

Tras el abandono de Zhao Ziyang (1919-2005) después de las protestas de la Plaza de Tian’anmen de 1989. la República Popular China hubo de enfrentarse a una situación de aislamiento internacional y de incertidumbre política. Mientras sufría las sanciones económicas ocasionadas por el rechazo internacional a la intervención armada en la Plaza de Tian’annmen, los líderes veían con inquietud la caída de los regímenes del bloque socialista en Europa. Al final de 1991, la propia URSS se desintegraba en una multitud de nuevos Estados que abandonaban la ideología del comunismo. Incluso la República Popular de Mongolia, territorio antaño reivindicado como chino abandonaba el comunismo y se convertía en la República de Mongolia.

En octubre de ese año, se celebraba el XIV Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el que el secretario general Jiang Zemin (n. 1926) se vio respaldado como sucesor de Deng y abogó por la profundización en las reformas económicas y por la construcción de una “economía socialista de mercado”. El hecho de que China apostara claramente por las reformas económicas de estilo capitalista y por la apertura de sus mercados a la inversión de capital extranjero, mientras se empezaban a relajar las sanciones económicas, dio lugar a un incremento espectacular en las inversiones extranjeras y a un crecimiento económico sin precedentes, especialmente en las zonas costeras del sureste. En 1993, Jiang asumía los cargos de presidente de la República Popular y de presidente de la Comisión Militar Central, con lo que consolidaba su ascenso al poder como sucesor de Deng, el cual, ya muy anciano y con dificultades para expresarse, dejaba así las riendas del país a la nueva generación de líderes reformistas en detrimento del sector conservador del Partido.

A principio del siglo XXI, se confirmó el relevo generacional en la cúpula de poder de la República Popular China. Entre los años 2002 y 2004, Jiang Zemin fue reemplazado en todos sus cargos por su sucesor Hu Jintao, que pertenece a la cuarta generación de líderes comunistas chinos. Durante su tiempo, Hu Jintao propuso su ideología de “Desarrollo científico” y “Sociedad Armoniosa”. Bajo su liderazgo, la economía china continuó su expansión. Durante el mes de marzo de 2006, se anunció que las reservas de divisas extranjeras de la República Popular, incluso descontando a Hong Kong y Macao, se habían convertido ya en las más grandes del mundo por delante de las de Japón. Además, a finales de 2002, el “Proyecto de Transferencia de Agua Sur-Norte” comenzó a construirse. Durante la época de Hu, hubo una serie de logros científicos y académicos en China. Algunos fueron resultados directos del “Programa 863” -plan estatal para el desarrollo de alta tecnología- de la época de Deng Xiaoping.

Xi Jinping se convirtió en el Secretario General del PCCh y el presidente de la Comisión Militar Central el 15 de noviembre de 2012, y el 14 de marzo de 2013 en el séptimo presidente de la RPCh. Poco después, en una visita a Kazakhstan propuso la iniciativa Cinturón y Ruta (Belt and Road Initiative, BRI; antes Silk Road Economic Belt, o One Belt One Road) para mejorar la conectividad y la cooperación a escala transcontinental. En marzo de 2018, el Congreso Nacional del Pueblo, controlado por el PCCh, aprobó un conjunto de enmiendas constitucionales que incluyen la eliminación de los límites de mandato para el presidente. En 2018 comenzó la Guerra comercial entre EE UU y China. En 2019-2020, el manejo del brote del SARS-CoV-19 en China y su relación con la OMS fueron bastante controvertidos. En mayo de 2020 estallaron “escaramuzas” entre China e India.

A partir de esa fecha la situación gira en torno a la próxima ratificación de Xi como líder absoluto e indiscutible de China, y las tensiones en el estrecho de Taiwán.

“Todo bajo el cielo”. En búsqueda de la reunificación.

En 1949, la situación de Taiwán había entrado en una situación irreversible ante el avance de las tropas de Mao, y Chiang Kai-shek se vio obligado, junto con más de millón y medio de sus soldados y miembros del Kuomintang, a retirarse hacia la Isla de Formosa. Mao logró hacerse con todo el continente, pero no pudo asaltar Taiwán. Sin embargo, a pesar de la derrota militar en el continente, Estados Unidos fue firme a la hora de defender a sus aliados del Kuomintang y desplegó a su armada en el estrecho de Taiwán con el objetivo de disuadir al precario ejército comunista de Mao. A partir de ese momento los recorridos políticos de Beijing y Taipéi comenzaron a ir por caminos diferentes. Mao formó la República Popular China y Chiang Kai-shek declaró su poder sobre la República China desde Taiwán con el objetivo de volver algún día a retomar el continente. Pero esto nunca sucedió. Durante los primeros años, la comunidad internacional reconoció como la única China a la basada en Taiwán bajo el poder del Kuomintang. Para Estados Unidos o Naciones Unidas, el gobierno de Mao en Beijing era ilegítimo. Chiang Kai-shek, por ejemplo, firmó la adhesión de China a la ONU y ocupó asiento como miembro permanente del Consejo de Seguridad de esta organización.

Deng elaboró el concepto de reunificación pacífica entre el continente y la isla. Las “Seis concepciones” de Deng pueden resumirse: (1) El núcleo de la cuestión de Taiwán es la cuestión de Taiwán: la reunificación se ha convertido en la aspiración común tanto del Partido Comunista como del Kuomintang y, por lo tanto, ha constituido el terreno para la tercera cooperación entre los dos partidos. (2) Si bien se mantiene la política de una sola China, las dos partes pueden adoptar diferentes sistemas, pero la República Popular China debe ser el único representante de China en la comunidad internacional. 3) No se permite la “autonomía absoluta” de Taiwán. La “autonomía absoluta” en realidad significa dos Chinas. Debería haber algunas restricciones a la autonomía, y la conclusión es que no se debe dañar el interés de un estado unificado. (4) Después de la reunificación, como región administrativa especial, Taiwán Can adopta sistemas diferentes a los del continente y disfruta de privilegios que otras provincias y regiones autónomas no pueden compartir. La región puede tener los poderes de una legislatura, poder judicial y adjudicación final. La región también puede tener su propio ejército siempre que no represente una amenaza para el continente. El gobierno central no enviará funcionarios. Los asuntos relacionados con los partidos políticos, el gobierno y el ejército de Taiwán serán manejados por Taiwán mismo, mientras que el gobierno central reservará algunos puestos para Taiwán. (5) La reunificación pacífica no significa que el continente incorpore a Taiwán, o viceversa. Reunificar China con los “Tres Principios del Pueblo” -o Doctrina San-min (1866-1925; primer presidente de la República China): nacionalismo (mínzú), democracia (mínduán), bienestar social (mínshēn)- no es práctico.

(6) La forma adecuada para la reunificación pacífica es llevar a cabo negociaciones entre el Partido Comunista y el Kuomintang en pie de igualdad. Después de que las dos partes lleguen a un acuerdo, se puede hacer un anuncio oficial. No se puede permitir que las potencias extranjeras interfieran en este asunto, porque de lo contrario significaría que China no ha logrado la independencia y solo daría uso a interminables problemas futuros. En las anteriores declaraciones, Deng Xiaoping elaboró completa, concreta y sistemáticamente el concepto de “Un país, dos sistemas”.

Pero el statu quo cambió radicalmente a partir de 1971. Estados Unidos y la República Popular China de Mao comenzaron a compartir adversario: la Unión Soviética. Y esto comenzó a acercar los intereses de Beijing y Washington. Un contexto que favoreció que, a partir de octubre de 1971, Naciones Unidas reconociera únicamente como el representante legítimo de China a la República Popular China de Mao y no a la República China de Chiang Kai-shek. Y tan solo 8 años más tarde, en 1979, incluso Estados Unidos reconoció al gobierno de Beijing como el único legítimo. A estas alturas nadie consideraba factible que el Kuomintang recuperara el poder en el continente y a Washington le interesaba tener a la China comunista de su lado en la Guerra Fría contra la URSS. A partir de la década de 1970, cada vez menos naciones del mundo reconocían a Taiwán como un estado y su presencia en organizaciones internacionales como el Comité Olímpico Internacional o la OMS fue desapareciendo. Sin embargo, Estados Unidos continuó manteniendo una fuerte alianza con Taipéi gracias a una estrecha relación comercial y militar. Y advirtió a la China comunista que cualquier intento de invasión a Taiwán supondría un grave desafío a los intereses estadounidenses. Pero desde Beijing se siguió considerando a Taiwán como parte de la República Popular China. Algo así como una provincia “rebelde”. En los años 80 se intentó incluir a Taiwán en el modelo de “un país, dos sistemas” que alguna vez tuvieron Hong Kong, Macao o Tíbet, pero el gobierno taiwanés lo rechazó. “Why Taiwan is not Hong Kong: A review of the PRC’s “One Country Two Systems” model for reunification with Taiwan”, apareció en Washington International Law Journal, 1997 (v. 6, num. 3).

La situación se ha vuelto más compleja desde 1997. Ese año, Taiwán paso de ser una democracia y tan solo tres años después, el Kuomintang -partido que se considera chino todavía- perdió las elecciones contra el Partido Progresista Democrático, una formación que rechazó la idea de volver al continente para retomar el poder en Beijing y que pretende la autodeterminación de Taiwán como nación. Y es que siete décadas después se ha dado una paradoja en Taiwán. Aunque el objetivo inicial de los que alguna vez huyeron a la isla para escapar de los comunistas era volver al continente, muchos de sus descendientes ya no se sienten chinos, sino taiwaneses. Un efecto de tantos años de desconexión con China. Pero esto es algo que no piensa tolerar Beijing. Acostumbrado a sofocar con contundencia cualquier intento de secesión que pueda existir en lo que considera como parte de su territorio. Por eso, gestos, como los de la visita de Nancy Pelosi primero, y la de congresistas estadounidenses después, a Taiwán, haciendo ver como si fuera un actor político independiente, son una línea roja para el Gobierno de Xi Jinping, que aspira a poder control tácito sobre Taiwán en algún momento. La cuestión ahora es saber si esto sucederá en un plazo cercano o no. De ello dependen varios factores, como el costo de una operación sobre un territorio que lleva décadas preparándose para una posible invasión o la posible entrada en el un teórico conflicto de Estados Unidos. Aunque en este último caso Washington tendrá complicado denunciar una invasión sobre Taiwán, cuando ni ellos mismos reconocen a este territorio como una nación independiente. Algo que hace imposible que Taiwán lo ampare el derecho internacional. No cabe duda de que China observa la respuesta de EE UU y de sus aliados de la OTAN a la ofensiva rusa a Ucrania como un posible indicio de lo que supondría una invasión china de Taiwán. También Washington y sus aliados en Asia están tomado nota sobre la importancia de una respuesta coordinada a una posible invasión. “Un conflicto en el estrecho de Taiwán sería equiparable a un infarto en el corazón de la economía mundial”.

Pedro R. García Barreno.

Careñes, Villaviciosa, Asturias. 17/08/2022.

GUERRA FRÍA. TERCERA PARTE, Pedro R. García Barreno.

 Conceptos previos.

El DEL define varios términos interrelacionados y conflictivos. “Nacionalismo”: 1. .m. Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia. 2. m. Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado. “Nación”: 3.f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común. “Estado”: 5. m. País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios. “País”: 1. m. Territorio constituido como Estado soberano. 2. m. Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado. Todas las definiciones, en opinión del que escribe, confusas.

Cambalaches europeístas.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial y entrar el vigor el armisticio, los aliados (Tercera República Francesa, Reino Unido y Estados Unidos de América, así como representantes de sus aliados durante la guerra) se reunieron en la Conferencia de Paz de París (1919) para acordar los términos de la paz con Alemania (por aquel entonces ya la casi consolidada República de Weimar), el desaparecido Imperio Austrohúngaro (entonces ya dividido en la Primera República de Austria, el Reino de Hungría y la Primera República Checoslovaca, así como pérdidas territoriales a favor de Reino de Rumanía, del Reino de Italia y los nuevos Estados de la Segunda República Polaca y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos), el Imperio Otomano (ya en plena partición) y el Reino de Bulgaria. Los aliados redactaron y firmaron tratados por cada una de las potencias vencidas; el Tratado de Versalles fue el que se le impuso al Imperio Alemán.

Guerra Fría.

“La historia del periodo en su conjunto -los cuarenta y cinco años transcurridos entre la explosión de las bombas atómicas y el fin de la Unión Soviética, escribe Eric Hobsbawm- siguió un patrón único marcado por la peculiar situación internacional que lo dominó hasta la caída de la URSS: el enfrentamiento constante de las dos superpotencias surgidas de la segunda guerra mundial, la denominada ‘guerra fría’. La segunda guerra mundial apenas había acabado cuando la humanidad se precipitó en lo que sería razonable considerar una tercera guerra mundial, aunque muy singular; y es que, tal como dijo el gran filósofo Thomas Hobbes: ‘La guerra no consiste sólo en batallas, o en la acción de luchar, sino que es un lapso de tiempo durante el cual la voluntad de entrar en combate es suficientemente conocida’. La guerra fría entre los dos bandos de los EE UU y la URSS, con sus respectivos aliados, que dominó por completo el escenario internacional de la segunda mitad del siglo XX, fue sin lugar a dudas un lapso de tiempo así […] La singularidad de la guerra fría estribaba en que, objetivamente hablando, no había ningún peligro inminente de guerra mundial […] La guerra fría acabó cuando una de las superpotencias, o ambas, reconocieron lo siniestro y absurdo de la carrera armamentos atómicos, y cuando una, o ambas, aceptaron que la otra deseaba sinceramente acabar con esa carrera […] A efectos prácticos, la guerra fría acabó en las dos cumbres de Reykjavik (1986) y Washington (1987) [… El fin de la guerra fría demostró ser no el fin de un conflicto internacional, sino el fin de una época, no sólo para Occidente, sino para el mundo entero. Los años en torno a 1990 fueron claramente uno de los momentos decisivos del siglo. Pero mientras cualquiera pudo ver que el viejo mundo se había acabado, existía una absoluta incertidumbre sobre las perspectivas del nuevo.”

Consecuencias de la “primera” guerra fría.

Aunque el escritor inglés George Orwell ya había hecho mención del término “guerra fría” (You and the atomic Bomb, 1945), fue Bernard Mannes Baruch (1870-1965), un financiero estadounidense (asesor económico de los presidentes de EE UU Thomas Woodrow Wilson (28º presidente: 1913-1921) y Franklin D.

Roosevelt (32º presidente de EE UU: 1933-1945), quien lo usó en 1947 para describir las confrontaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, hasta que, posteriormente, el término se popularizó. Esta guerra se caracterizó por la ausencia de ataques directos entre ambas naciones, aunque sí ocurrieron diversos acontecimientos apoyados y financiados tanto por Estados Unidos como por la Unión Soviética. Por ejemplo, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la guerra del Golfo, la desestabilización política en Latinoamérica, la Revolución Cubana, entre otros.

Conferencia de Yalta. Reunión que mantuvieron, antes de terminar la Segunda Guerra Mundial (4- 11/02/1945) Iósif Vissariónovich Dzhugashvili (Iósif Stalin, Gori, 1878-Moscú, 1953), Winston Leonard Spencer Churchill (Oxfordshire, UK, 1874-Londres, 1965) y Franklin Delano Roosevelt (Hyde Park, NY, 1882- Warm Spring. GA, 1945), como presidentes de gobierno, respectivamente, de la URSS, RU y EE UU, y que tuvo lugar en el antiguo palacio imperial de Livadia, en Yalta, Crimea, URSS. Se considera que representa el pistoletazo de salida de la “guerra fría” tras los desencuentros entre los líderes de EE UU y de la URSS. Fue la continuación de la serie de encuentros que empezaron con la Conferencia de Moscú de agosto de 1942, y que continuaron al año siguiente con la Conferencia de Casablanca en enero y las conferencias de El Cairo y de Teherán de noviembre de ese mismo año. Los acuerdos de Yalta fueron polémicos incluso antes del encuentro final en Postdam. Tras la muerte de Roosevelt, Churchill y Stalin fueron acusados de no haber aceptado un control internacional sobre los países liberados por la URSS. Más aún, ningún otro Gobierno fue consultado o le fueron notificadas las decisiones tomadas allí. Esta situación también conllevó al empleo del término Telón de acero, propuesto por varios políticos, entre ellos Winston Churchill, para referirse a la frontera política, económica, ideológica, incluso, física, que se había creado una vez que Europa había quedado divida en el bloque capitalista y el bloque comunista.

La Conferencia de Postdam fue una reunión llevada a cabo cerca de Berlín, entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945, y en la que se negoció el Acuerdo de Postdam. Los “Tres Grandes” fueron Iósif Stalin, Henry Truman y Winston Churchill (relevado casi de inmediato por Clement Richard Atlee). Trató sobre la ocupación militar y la reconstrucción de la Alemania ocupada por los aliados, los antiguos territorios orientales de Alemania con las nuevas fronteras y el final del Teatro europeo en la Segunda Guerra Mundial. Ejecutado como comunicado, el acuerdo no fue un tratado de paz según el Derecho internacional, a pesar de que creaba hechos consumados. Fue sustituido por el Tratado Dos más Cuatro firmado el 12 de septiembre de 1990. Como Charles André Joseph Marie de Gaulle (Francia, 1890-1970) no había sido invitado a la Conferencia, los franceses se resistieron a aplicar los acuerdos de Potsdam dentro de su zona de ocupación.

Plan Marshall y UE vs COMECOM. En el año 1947 fue creado el Plan Marshall, con el cual el gobierno de Estados Unidos ofrecía una serie de ayudas económicas en la forma de transferencias a fondo perdido más que de crédito, que impulsaban la reconstrucción de bloque occidental, y con el cual se buscaba afianzar el sistema capitalista, los sistemas democráticos y contener los movimientos comunistas. Este Plan estuvo activo hasta el año 1951. Ni a los británicos, que todavía se consideraban una potencial mundial, ni a los franceses, que soñaban con una Francia fuerte y una Alemania dividida, les gustó. Lo mejor que los franceses podían hacer era vincular los asuntos de Alemania occidental y de Francia tan estrechamente que resultara imposible un conflicto entre estos dos antiguos adversarios. Los franceses propusieron su propia versión de una estabilidad europea, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1951), que luego se transformó en Comunidad Económica Europea o Mercado Común Europeo (1957), más adelante Comunidad Europea y, a partir de 1993, Unión Europea. La Comunidad Europea se creó como “alternativa” a los planes de integración europea de los EE UU. No obstante, aunque los EE UU fueran incapaces de imponer a los europeos sus planes económico-políticos en todos sus detalles, eran lo bastante fuertes como para controlar su posición internacional.

Tampoco Stalin aceptó las condiciones del Plan, ya que consideraba que entre las tácticas estaba la idea de contrarrestar los ideales comunistas. Por tanto, los países que se encontraban bajo el dominio soviético no participaron en este Plan. En consecuencia, en la Unión Soviética se creó otro tipo de ayudas económicas y planes de fomento del comercio para los países del Bloque oriental, que se conoció como COMECOM (Consejo de Ayuda Mutua Económica).

La Organización del Tratado del Atlántico Norte, también conocida como NATO, OTAN o la Alianza Atlántica, es una alianza militar intergubernamental que se rige por el Tratado del Atlántico Norte o Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949 como complemento “indispensable” al Plan Marshall. La organización constituye un sistema de defensa colectiva, en el cual los Estados integrantes acordaron defender a cualquiera de sus miembros que sea atacado por una potencia externa.

El Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, más conocido como Pacto de Varsovia por la ciudad en la que fue firmado, fue un acuerdo de cooperación militar firmado el 14 de mayo de 1955 por los países del bloque del Este durante el periodo conocido como Guerra Fría.

El Muro de Berlín fue una zona fronteriza que dividió la capital alemana; un lado bajo el control capitalista y el otro comunista. El muro se comenzó a construir en agosto de 1961, tuvo una extensión de 45 kilómetros y fue destruido en noviembre de 1989.

La crisis de los misiles de Cuba es como se denomina el conflicto diplomático entre los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba en octubre de 1962, generado a raíz de la toma de conocimiento por parte de Estados Unidos de la existencia de bases de misiles nucleares de alcance medio del ejército soviético en Cuba. El dirigente soviético Nikita Serguéyevich Jrushchov decidió instalar misiles en Cuba para compensar los que EE UU habían instalado en Turquía. Rusos y norteamericanos retiraron sus misiles. Los misiles soviéticos, como se había informado al “sobrevalorado” presidente John Fitzgerald Kennedy (Brookline, MA, 1917-Dallas, TX, 1963; 35º presidente de EE UU), carecían de importancia en el marco del equilibrio estratégico, pero sí la tenían de cara a la imagen pública del presidente. Los misiles norteamericanos retirados de Turquía fueron clasificados de “obsoletos”.

¿Tres formas de “nacionalismo”?

“Resolución aprobada por la Asamblea General (Sexagésimo séptimo periodo de sesiones. Tema 83 del programa. 67/1. Declaración de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el estado de derecho en los planos nacional e internacional. La Asamblea General Aprueba la siguiente declaración: Declaración de la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el estado de derecho en los planos nacional e internacional. Nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno y jefes de delegación, nos hemos reunido en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York el 24 de septiembre de 2012 para reafirmar nuestro compromiso con el estado de derecho y su importancia fundamental para el diálogo político y la cooperación entre todos los Estados y para el futuro desarrollo de los tres pilares principales en que se basan las Naciones Unidas: la paz y la seguridad internacionales, los derechos humanos y el desarrollo. Convenimos en que nuestra respuesta colectiva a los desafíos y las oportunidades que presentan los numerosos y complejos cambios políticos, sociales y económicos que se están produciendo debe inspirarse en el estado de derecho, puesto que es la base de las relaciones amistosas y equitativas entre los Estados y la base sobre la cual se construyen sociedades justas e imparciales.” Allí estaban: EE UU (Constitución en vigor de 1789), Federación de Rusia (Constitución de 1993) y la República Popular China (Constitución en vigor de 1998).

La “Guerra de Putin”. Protagonistas.

Vladimir Vladimirovich Putin (Leningrado-San Petersburgo, URSS, 1952), abogado, exoficial de inteligencia exterior del Comité para la Seguridad del Estado (KGB) y político; ocupa el cargo de presidente de Rusia. Apasionado de la cultura física y deporte. Vida privada “opaca”.

Volodímir Oleksándrovich Zelenski (Krivoi Rog, RSS de Ucrania, URSS, 1978), productor audiovisual y político; ocupa el cargo de presidente de Ucrania. Hasta ahora, cada una de las intervenciones y de las apariciones públicas del matrimonio Zelenski habían sido aplaudidas. “Pero este giro –VOGE– en su imagen no ha hecho más que traerles miles de críticas, especialmente en las redes sociales.” Vida privada “opaca”.

La “Guerra de Putin”. Antecedentes.

En febrero de 1954, el entonces presidente de la URSS cedió la península de Crimea a Ucrania, en conmemoración del 300 aniversario de su adhesión a Rusia. Nikita S. Jrushchov (Kalinovka, óblast de Kurst, Imperio Ruso, 1894-Moscú, URSS, 1971), granjero y “amigo” de Stalin -a través de la mujer de éste- al que sucedió (1955-1964), había gobernado la República Socialista Soviética de Ucrania en el periodo 1939-1941.

La cuenca del Donets. La palabra adaptada al español como “Dombás” se deriva del sustantivo compuesto a partir de Donets (río que discurre por este territorio) y “bassein” (сuenca). Esta región del este de Ucrania fronteriza con Rusia no solo tiene diferentes grafías, sino también distintas interpretaciones. Para unos es la razón del conflicto entre Rusia y Ucrania, para otros es una zona industrializada, pero sin mayor valor económico, y otros creen que es un enclave estratégico que tiene su importancia en un posible corredor con salida al mar de Azov. Mientras que para unos su población es prorrusa, para otros, aunque el ruso sea el idioma mayoritario, se trata de una población en mayor medida a favor de la entrada de Ucrania en la OTAN y de un acercamiento a la Unión Europea. “Tierra salvaje” ocupada en el siglo XVII por los cosacos de Zaporiyia (ucranianos) y del Don (rusos). Poco después se integraron en el Imperio Ruso mediante el Tratado de Pereyáslav o la Rada de Pereyáslav (firmado en 1654 proporcionaba protección al estado cosaco por parte del zar, y tenía por objeto el establecimiento de una región independiente en el margen izquierdo del río Dniéper. El segundo Tratado de Pereyáslav, llamado artículos de Pereyáslav de 1659 limitó drásticamente la autonomía cosaca). Más cercano a la actualidad, en el año 1991, cuando se desintegró la URSS, hubo un referéndum en Ucrania y “prácticamente todo el territorio, incluido el Donbás (aunque existe un sentimiento prorruso y aspiran a una integración con Rusia), votó a favor de la independencia de la URSS, por encima del 80%”. Sin embargo, en 2014 una serie de protestas prorrusas acabaron con una declaración unilateral de independencia por parte de las dos provincias que constituyen el Donbás, que decidieron separarse de Ucrania y crearon la República Popular de Donetsk y la de Lugansk. En febrero de 2022 Rusia reconoció estos territorios unos días antes de comenzar la invasión a Ucrania. Vladímir Putin, ha asegurado en varias ocasiones que uno de sus objetivos es “prestar ayuda a las repúblicas populares del Donbás”. También anunció que su ofensiva se iba a intensificar en este territorio, que “no es una zona de gran valor, pero para Rusia forma parte de su agenda mínima”.

La “Guerra de Putin”. Crisis de los misiles: tercera parte.

El acuerdo tácito por parte de las entonces ambas superpotencias de no asustarse mutuamente ni asustar al resto del mundo, fue la instalación del “teléfono rojo” que, en 1963, conectó directamente a la Casa Blanca con el Kremlin. Al parecer la línea no está operativa en estos momentos. Kennedy fue asesinado en 1963; a Jruschov, la clase dirigente soviética le obligó a hacer las maletas en 1964. De hecho, en las décadas de los años sesenta y setenta se dieron pasos significativos hacia el control y limitación del armamento nuclear: tratados de prohibición de las pruebas nucleares, tentativas por detener la proliferación nuclear (SALT y ABM). Las perspectivas parecían halagüeñas. No fue así. A mediados de los setenta el mundo entró en lo que se ha denominado “segunda” guerra fría, que coincidió con importantes cambios en la economía mundial, el periodo de crisis prolongada que caracterizó las dos décadas a partir de 1973 y que llegó a su apogeo a principios de los años ochenta con el golpe de mano del cártel de productores de petróleo, la OPEP. A lo que habría que añadir el fiasco de Vietnam (1975), la guerra del Yom Kippur (1973), la mirada hacia el Este de los restos del imperio colonial portugués, la revolución en Etiopía, la caída del sha en Irán, o la entrada de tropas rusas en Afganistán.

Retorno a Eric Hobsbawm en referencia a la “primera” guerra fría pero que, en opinión del que escribe, es totalmente equiparable a la situación actual –“tercera” guerra fría: “La exigencia esquizoide por parte de políticos necesitados de votos […] Al agresor en potencia había que amenazarlo con armas atómicas aun en el caso de un ataque convencional limitado […] Ambos bandos se vieron envueltos en una loca carrera de armamentos que llevaba a la destrucción mutua, en manos de la clase de generales atómicos y de políticos y de intelectuales de la misma clase, cuyas profesiones les exigían que no se dieran cuenta de esta locura”.

En diciembre de 1987 se firmó -Ronald Wilson Reagan (Tampico, IL, 1911-Los Angeles, CA, 2004; 40º presidente de EE UU) y Mijail Serguéyevich Gorvachov (Privólnoye, URASS, 1931; presidente de la URSS)- el Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces), que eliminó los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo rango operativo de alcance estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros (denominados euromisiles), de alcance medio y corto, instalados en bases militares de Europa Occidental, y en Europa Oriental en los países bajo influencia de la Unión Soviética.

En 1990, el presidente Mijaíl Gorbachov, en plena crisis soviética, pidió la entrada en la OTAN al secretario de Estado norteamericano, James Addison Baker III (Houston, TX, 1930); «Usted dice que la OTAN no está dirigida contra nosotros, que es solo una estructura de seguridad que se está adaptando a las nuevas realidades. Le propongo el ingreso». En 1991, Boris Nikoláchevich Yeltsin (Urales, URSS, 1931-Moscú, Rusia, 2007) –el primer presidente del nuevo Estado ruso– reiteró la propuesta. En marzo de 1991 se disolvió el Pacto de Varsovia.

A principios de 2014, Alexander Vladimirovich Lukin (n 1961; Higher School of Economics-HSE University, Russia), especialista en política exterior, responsabilizaba en Foreign Affairs (July/August 2014: What the Kremlin Is thinking. Putin’s visión for Eurasia) los sucesivos presidentes estadounidenses de “olvidar las promesas hechas por los líderes occidentales a Mijaíl Gorbachov tras la reunificación alemana (03/10/1990: Tag der deutschen Einheit), en particular la de no ampliar la OTAN hacia el Este”. De hecho, las agresiones promovidas por Putin en Georgia en 2008 y Ucrania en 2014 se vieron en parte espoleadas por un resentimiento que perdura en lo que el presidente ruso considera un quebrantamiento del pacto sobre la ampliación de la OTAN. Sin embargo, políticos y analistas estadounidenses insisten en que esa promesa nunca se formuló.

A finales de 2021 Rusia presentó exigencias de seguridad a Estados Unidos y la OTAN. Moscú exigía garantías legales para que la Alianza Atlántica cese su expansión hacia el este. Los países occidentales rechazaron sin dudarlo esas exigencias, pero plantearon otras contrapropuestas, algunas de las cuales parecen aceptables para Moscú que insistió en febrero pasado sobre las exigencias de seguridad que planteó en diciembre a Occidente. En un documento enviado a Washington asegura que el rechazo de las demandas rusas no resulta constructivo. Por otro lado, acepta hablar sobre misiles en Europa, una de las propuestas planteadas por EE.UU. en su réplica del pasado enero. En ella, Moscú acusa a Washington de no haber respondido de forma constructiva a sus peticiones. Además, lamenta que sus “líneas rojas” estén siendo todavía ignoradas. Y por este motivo dice que estaría obligada a responder, incluso usando medidas “técnico-militares”, si Washington no negociara unas garantías para Moscú que sean vinculantes legalmente. A través de un acuerdo, nada de promesas. Eso implica que Ucrania y otras exrepúblicas soviéticas no deben adherirse en el futuro a la OTAN. En concreto, Rusia quiere que la Alianza retire la invitación de ingreso que hizo en 2008 a Ucrania y a Georgia, país exsoviético del Cáucaso. Las demandas también contenían una cláusula para que la OTAN no despliegue armas ofensivas cerca de las fronteras rusas y para que las fuerzas y equipamiento de la Alianza se retiren a posiciones de 1997. El Kremlin está dispuesto a discutir la organización de controles en algunas de sus instalaciones de misiles en la Rusia europea a cambio de poder verificar, por su parte, los componentes de defensa antimisiles que Estados Unidos tiene instalados en Polonia y Rumanía. Por su parte, el Kremlin envió sus lanzadores de misiles a Kaliningrado, a la vez de insinuar la posibilidad de instalar misiles en Venezuela o Cuba. A ello la OTAN acusó al gobierno de Vladimir Putin de posturas militares agresivas, medida que no ayuda a reducir las tensiones o restaurar la previsibilidad de las relaciones. En 2018, Donald Trump anunció que EE UU se retiraba del Tratado INF; Rusia lo hizo pocos meses después.

La OTAN siguió su política “expansionista”; casi se duplicó. Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron (Amiens, 1977; 25º presidente de Francia) -junto con Berlín conformó, al margen de EE UU, el “cuarteto de Normandía” (grupo diplomático compuesto por representantes de alto nivel de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania, para resolver el conflicto bélico en el Este de Ucrania, y reunidos por vez primera el 06/06/2022)-, durante una entrevista publicada en The Economist (07/11/2019) manifestó que la amenaza de una invasión rusa en Ucrania había sacado aquel tratado de un estado de “muerte cerebral”. Solo algunos solicitaron prudencia. En enero de 2022, el jefe de la Armada alemana, vicealmirante Kay-Achim Schoenbach, dimitió tras pedir “respeto” para Vadímir Putin y vaticinar que Crimea nunca retornará a Ucrania. Los “halcones”, con sus discrepancias, a uno y otro lado del Atlántico Norte, camparon a sus anchas. ¿Alguien creyó que Moscú iba a permanecer impasible ante Bruselas?.

El “problema” de Ucrania comenzó a finales de 2013 con las protestas en la plaza Maidan de Kiev. El l mundo, tal y como lo conocían aquellos ciudadanos residentes en Europa, está en pleno proceso de cambio desde que el presidente de Rusia autorizase una operación militar para invadir Ucrania con el objetivo de frenar los deseos del país vecino de unirse a las filas de la OTAN. Con un legado en el país de zonas conflictivas que han acabado anexionadas a Rusia, como Crimea, o rebeladas en contra del Ejecutivo nacional, como es el caso de Donetsk y Luganks, el intento de Ucrania por terminar de romper sus lazos soviéticos y abrazar una mayor occidentalización ha explotado en un conflicto armado a gran escala. En esta coyuntura, la guerra en Ucrania supone por completo un cambio de paradigma y la ruptura total de la paz en el viejo continente.

El 24/02/2022, el presidente ruso anuncia en un discurso televisado en plena madrugada una “operación militar especial” para desmitalizar y desnazificar Ucrania. El Ejecutivo ruso justifica la invasión del país vecino en el marco de una operación de “defensa propia” para acabar con lo que se define como “una amenaza para la soberanía del estado de Rusia y sus intereses”, ya que a ojos de Putin se está cometiendo un “genocidio” en la región del Donbás -una región histórica ubicada al este del país y que está controlada en parte por rebeldes prorrusos— y se considera que las fuerzas ucranianas “nunca perdonarán a los residentes de Crimea y Sebastopol por su libre elección”, es decir, por el hecho de votar a favor de su anexión a Rusia en un referéndum en 2014 que para la comunidad internacional se consideró ilegal. Así, se lanza un ataque a gran escala contra la capital, Kiev, Járkov u Odesa.

La guerra en   Ucrania   cumple,   el   nueve   de   agosto   de   2022,   167   días   con   la   central   nuclear de Zaporiyia en primera línea del conflicto. Desde el pasado viernes, Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de atacar la central nuclear. Por su parte, según el ministerio de Defensa ruso la explosión en la base aérea militar de Novofedorivka, al oeste de Crimea, no ha causado víctimas. 370.000 toneladas de productos agrícolas han salido por mar de Ucrania desde que comenzó a funcionar el corredor marítimo. Nagaski conmemora el 77º aniversario del devastador ataque nuclear.

El encabezamiento de Business Insider (17/06/2022) reza: “Del aumento del precio de la gasolina al fortalecimiento de las alianzas en África, Putin está consiguiendo victorias en todo el mundo”. Y Mattahias Schwartz y John Haltiwanger escriben: “Hace sólo unas semanas, los aliados occidentales se felicitaban por haber hecho retroceder la invasión rusa de Ucrania. El ataque de Vládimir Putin no era sólo una barbaridad, declaraban, sino también un fracaso humillante. Cuando Rusia se rindió en Kiev y naufragó en Járkov, abandonando finalmente su intento de penetrar en el norte de Ucrania, los analistas occidentales se jactaron de la “arrogancia” de Putin y compararon su gobierno con el de la Unión Soviética justo antes de su colapso. Algunos incluso sugirieron que Putin estaba a punto de ser víctima de una enfermedad terminal o de un inminente golpe de Estado. “Esta guerra ya ha sido un fracaso estratégico para Rusia”, proclamó el presidente estadounidense Joe Biden. La ironía es que Biden y sus aliados estaban inmersos en el mismo tipo de ilusiones que llevaron a Putin a invadir Ucrania en un primer momento. A medida que la guerra se prolonga, existen argumentos de peso para afirmar que Putin está ganando, no sólo en Ucrania, sino en el campo de batalla geopolítico en general. La decisión de Putin de concentrar su potencia de fuego en el frente oriental ha logrado en gran medida llevar el conflicto a un punto muerto. Con un gran coste, las fuerzas rusas han eliminado los últimos reductos de la ciudad de Mariúpol, y parecen estar a punto de capturar la ciudad oriental clave de Severodonetsk. ‘Putin está ganando en este momento’, afirma a Business Insider Edward Luttwak, un estratega militar que asesora a Gobiernos de todo el mundo. ‘Después de despedir a muchos generales y ascender a coroneles más adecuados, al ser mucho menos ambiciosos —no tomar Kiev, no conservar Járkov, no tratar de conquistar Odesa—, Rusia puede, sobre esa base, realizar lentos y molestos avances a la manera de Stalingrado, que consiste en el bombardeo masivo de edificios’. Ucrania, según un asesor del presidente Volodímir Zelenski, está perdiendo entre 100 y 200 soldados cada día. ‘Los ucranianos están en una situación difícil en este momento’, dice Jeffrey Edmonds, del Centro de Análisis Navales, que asesoró a la Casa Blanca sobre Rusia durante sus años en el Consejo de Seguridad Nacional. ‘Están perdiendo bastante más que en los primeros días de la guerra, porque es una guerra mucho más convencional, con duelos de artillería. Eso juega realmente a favor de la fuerza de Rusia. Incluso los principales asesores de Biden se ven obligados a reconocer que Putin tiene ahora la sartén por el mango. ‘Los números favorecen claramente a los rusos’, dijo el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos: ‘Les superan en armas y en alcance’. Eso ha hecho que el conflicto pase de ser una derrota a un doloroso y caro enfrentamiento. ‘La evaluación del Gobierno estadounidense es que probablemente esto se convierta en una guerra de desgaste’, explica a Business Insider Steven Pifer, antiguo embajador de Estados Unidos en Ucrania: ‘Las partes se golpean mutuamente, pero ninguna es capaz de lograr un avance decisivo que ponga fin a la guerra. Ese parece ser el escenario más probable para el futuro próximo’. Por su parte, Ucrania ha destruido el 10% de los tanques rusos, lo que hace que los expertos se pregunten: ¿es el principio del fin de los carros de combate? Más allá del campo de batalla, Putin ha conseguido una serie de victorias. La más obvia es cómo la invasión ha conseguido dañar las economías de sus enemigos en todo el mundo. Los mercados bursátiles se han desplomado, los tipos de interés han subido, la inflación se ha disparado y qué decir de los precios de la energía. Otros factores, por supuesto, han contribuido a agriar la economía occidental. Pero la decisión de Putin de enviar sus tropas al otro lado de la frontera, y el posterior repunte de los precios del petróleo fue la aguja que hizo estallar la burbuja de la recuperación de la pandemia. El propio Biden estuvo a punto de reconocerlo cuando trató de reconducir la subida de los precios de la gasolina en Estados Unidos como ‘la subida de precios de Putin’. No cabe duda de que Rusia está experimentando sus propias consecuencias económicas de la invasión. La inflación se ha disparado y se prevé que la economía rusa se contraiga un 8,5% este año. Pero el control de Putin sobre los medios de comunicación y las urnas le facilita capear el tipo de tormenta económica que provocaría una agitación política en las democracias occidentales. El Gobierno ruso está ‘dispuesto a sufrir miles y miles de bajas, a probar cosas y a fracasar’, dice Murtaza Hussain, analista de política exterior: ‘No supone una crisis política tan grande como lo sería en Occidente. Putin tiene más herramientas para controlar la opinión pública’. De hecho, la coalición occidental que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y otros diplomáticos estadounidenses tejieron con tanto cuidado en los primeros días de la guerra se está deshilachando. Turquía y Hungría -ambos miembros de la alianza de la OTAN- se han negado a dar su consentimiento a iniciativas clave destinadas a aislar a Rusia. Francia y Alemania están presionando para negociar con Rusia, rompiendo con sus homólogos en el Reino Unido, los países bálticos y Estados Unidos, cuyos líderes son reacios a confiar en Putin después de experimentar su doble cara en las conversaciones de paz durante el conflicto de Siria. Estos desacuerdos han empezado a manifestarse en público, creando un frente desunido que hace más difícil a Occidente enfrentarse a Putin. Y cuanto más se sale de la alianza occidental, más dividida está la opinión. Gran parte de África —que ha sido el centro de las campañas de propaganda y de los esfuerzos diplomáticos rusos— sigue siendo reacia a adoptar una postura contra Putin. En las Naciones Unidas, sólo ocho países africanos votaron con la mayoría para suspender la pertenencia de Rusia al Consejo de Derechos Humanos por las pruebas de que las tropas rusas habían cometido atrocidades a gran escala en Ucrania. Nueve votaron en contra y otros 22 se abstuvieron. A principios de este mes, el presidente de la Unión Africana se reunió con Putin con el objetivo de conseguir la ayuda de Rusia en la grave crisis alimentaria de la región subsahariana, una amarga ironía, dado que la invasión de Ucrania por parte de Putin, uno de los principales proveedores de alimentos, está sometiendo a decenas de millones de personas en todo el mundo a una situación de hambruna. China e India también son reticentes a enfrentarse a Putin. Los dirigentes chinos han adoptado deliberadamente una línea neutral en relación con Ucrania, mientras que los responsables de menor rango y los medios de comunicación alineados con el Estado difunden activamente la desinformación rusa. India —una democracia y aparentemente un socio de Estados Unidos— ha seguido un camino similar: ‘Europa tiene que dejar de pensar que los problemas de Europa son los problemas del mundo, pero los problemas del mundo no son los problemas de Europa’, declaró Subrahmanyam Jaishankar, ministro de Asuntos Exteriores de la India, en un foro a principios de junio. ‘Hizo un buen comentario’, dice Hussain. Dijo: ‘Ustedes no moralizan ni se preocupan realmente por las cosas que suceden en Asia. Ahora nos pedís que dejemos de lado nuestros propios intereses’. Eso no es tanto una victoria propagandística de Putin como un cálculo de los países no occidentales sobre su propio interés racional’. Napoleón escribió una vez que la guerra es una cuestión de opinión. Y eso, a la larga, puede ser lo que finalmente determine si Putin sale victorioso de su invasión de Ucrania. No es sólo una cuestión de si Occidente puede ayudar a Ucrania a sostener su economía o suministrarle suficientes armas y municiones para sobrevivir a Putin. ‘La cuestión más importante va a ser si existe la voluntad política en Europa y Estados Unidos para continuar la lucha’, dice Pifer, el antiguo embajador de Estados Unidos: ‘Hasta ahora, creo que existe. No sé si podrá mantenerse dentro de seis o doce meses’. Mientras los estadounidenses experimentan los crecientes costes económicos de la guerra, no hay garantía de que el consenso de los dos grandes partidos del país en torno a Ucrania se mantenga hasta las elecciones de 2022 y 2024. Los líderes occidentales ya han empezado a efectuar un delicado viraje para ajustar las expectativas del público a la baja. ‘Esta guerra está lejos de terminar’, advirtió el expresidente Barack Obama en un discurso la semana pasada: ‘Los costes seguirán aumentando’. A medida que el sueño de Occidente de poner fin rápidamente a la guerra de Putin mediante sanciones económicas comienza a desvanecerse, la guerra se librará cada vez más en un campo de batalla en el que Putin tiene ventaja: en los surtidores de gasolina y las tiendas de alimentación.

Por su parte, el Papa Francisco, en una entrevista concedida al Corriere della Sera (03/05/2022): “La preoccupazione di papa Francesco è che Putin, per il momento, non si fermerà. Tenta anche di ragionare sulle radici di questo comportamento, sulle motivazioni che lo spingono a una guerra così brutale. Forse ‘l’abbaiare della Nato alla porta della Russia’ ha indotto il capo del Cremlino a reagire male e a scatenare il conflitto. ‘Un’ira che non so dire se sia stata provocata — si interroga —, ma facilitata forse sì’ “. Pero no apoya a Putin por la “ferocidad y crueldad” de las tropas rusas. Francisco confirmó que espera reunirse con el patriarca ruso Kirill o Cirilo I de Moscú, Vladímir Mijáilovich Gundiáyev (Stalingrado-San Petersburgo, 1946; 16º patriarca de Moscú y de todas las Rusias), quien ha justificado la guerra y apoyado a Putin, cuando ambos asistan a una reunión interreligiosa en Kazajstán a mediados de septiembre.

Reflexión primera.

8 1 y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana volvió al templo. 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (San Juan, Evangelio, 8, 1-11).

Reflexión segunda a modo de colofón.

Unforgiven es una película producida y dirigida por Clinton “Clint” Eastwood Jr (San Francisco, CA, 1930; exalcalde de Camel-by-the-Sea, CA), sobre un guión de David Webb Peoples. Estrenada en 1992, tras años de “meditación”, se considera una de las mejores películas de la historia del cine. Consiguió cuatro premios Óscar, dos de ellos los más preciados: a la mejor película (producción) y al mejor director. Sinopsis: Dos vaqueros atacan y desfiguran a una prostituta, con un cuchillo, después de que ella se riera del tamaño del pene de uno de ellos. Como castigo, el alguacil local ordena a los vaqueros que traigan varios caballos como compensación para el dueño del burdel. El resto de las prostitutas están indignadas por la decisión del sheriff y ofrecen una recompensa de $ 1,000 a cualquiera que mate a los vaqueros. En un condado lejano, un joven jactancioso y medio ciego visita la granja de cerdos de uno que fue un famoso forajido y asesino, pero ahora es un viudo arrepentido que cría a dos hijos. Después de negarse inicialmente reconoce que su granja está fallando y está poniendo en peligro el futuro de sus hijos, por lo que lo reconsidera, además de reclutar a un antiguo amigo. Uno de los integrantes, angustiado, renuncia a la vida como pistolero. Un segundo integrante es capturado y torturado hasta la muerte. El protagonista “hace justicia”; mata al alguacil y ayudantes y advierte a la gente del pueblo que regresará por más venganza si su amigo no es enterrado adecuadamente o si alguna de las prostitutas resulta lastimada. Durante el epílogo, una tarjeta de título dice que el protagonista y sus hijos abandonaron la granja de cerdos y se rumorea que se mudaron a San Francisco, prosperando en artículos de confección.

PAZ y BIEN.

Pedro R. García Barreno

Careñes, Villaviciosa, Asturias. 12/08/2022.

170º día de guerra en Ucrania. Olaf Scholz (Baja Sajonia, 1958; del SPD) canciller alemán, se muestra partidario de la construcción de un oleoducto que una Portugal con el resto de Europa. Nuevos cargueros parten de Ucrania con trigo (acuerdo mediado por Recep Tyyip Erdogan, Estambul, 1954; presidente de Turquía). Para António Manuel Guterres de Oliveira (Lisboa 1948; secretario general de la ONU): “Traerá alivio a los países en desarrollo al borde de la bancarrota”. La central nuclear de Zaporiyia sigue en el centro del conflicto. Cazas rusos sobrevuelan la zona de identificación de defensa aérea de Alaska.

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